Desde el año 2008 la crisis económica ha obligado a la mayoría de los hogares a realizar estrictos ajustes presupuestarios. Aplica algunas de las siguientes recomendaciones para evitar el sobreendeudamiento y que los compromisos de pago no comprometan tus finanzas y las de tu familia:
Examina tus deudas: Toma lápiz y papel y empieza por identificar tus deudas actuales para ver cuáles de ellas pueden saldarse primero y cuáles pueden negociarse.
Elabora un presupuesto: diseña un presupuesto que contenga todos los egresos de un mes. Es importante priorizar los gastos de alimentación y transporte, por ejemplo, y reducir o eliminar aquellos que sean superfluos. Con esta estrategia sabrás cuánto dinero gastas habitualmente y cuánto dinero se puede destinar a cancelar tus deudas y qué cantidad puede ir directo a una cuenta de ahorro.
Una nota para la nevera: ¡No gastes más de lo que ganas!
Compara antes de comprar: Planifica qué necesitas y deseas comprar para no caer en excesos. Evalúa y compara los precios de productos en distintos establecimientos del mercado; igual en el caso de los servicios.
Revisa tus productos financieros: No aceptes préstamos del banco que no hayas solicitado, porque lo más probable es que sean prescindibles. Examina las diferentes tarjetas de débito y crédito que tengas a tu disposición y utiliza solo aquellas que realmente sean indispensables. Haz el esfuerzo de cancelar las cuotas a tiempo para evitar los intereses por morosidad.
Ahorra: Esta práctica puede resultar difícil al principio pero lo más importante es entender que tener ahorros permitirá atender gastos de emergencia o imprevistos que puedan surgir, como reparar tu vehículo o incluso gastos médicos. Muchos economistas sugieren que mensualmente se guarde con este fin al menos un 10% de los ingresos.
