Los negocios en el mundo de los bienes inmuebles en ocasiones suelen ser tan complicados, que terminan pareciendo más un juego de estrategia que una simple transacción de un activo. Por eso, es importante que antes de embarcarte en un proceso de compra, estés familiarizado con todo. En este sentido, te dejamos una serie de consejos para lidiar con las cláusulas suelo:
¿Qué es la cláusula suelo?
Así se le denomina a una condición incluida en los contratos de hipotecas, cuya función es establecer un límite en las cuotas de interés. En este caso, aunque el interés de la hipoteca registrase un descenso, la cláusula suelo debe seguir intacta.
El Tribunal de Justicia Europeo sentenció la eliminación de esta cláusula debido a que beneficia con una considerable ventaja a las entidades bancarias sobre los consumidores. Por otro lado, su disposición no suele especificar con transparencia lo que implica, por lo que podría ser considerada como una condición engañosa.
¿Cómo saber si la tienes?
Uno de los mayores trucos para ocultar la significación de la cláusula suelo es cambiar su nombre por una frase más sutil. Sin embargo, lo más probable es que la cláusula suelo pueda verse camuflada en lo que se denomina como límite a la variabilidad del interés en la sección financiera de los contratos hipotecarios.
¿Se puede eliminar la cláusula suelo?
Es fundamental que cuando una persona se dé cuenta de esta cláusula engañosa inmediatamente se dirija al propietario personal o institucional de la hipoteca para afrontar la situación. En estos casos, la solicitud para retirarla de los contratos suele ser aceptada desde la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo.
¿Qué hay sobre el dinero pagado?
Una de las mejores noticias para aquellos que se han visto afectados económicamente por esta cláusula es que el Tribunal de Justicia Europeo otorgó el derecho a la recuperación de todo el capital recolectado por el propietario de la hipoteca de manera indebida y fraudulenta. Luego de presentar la queja, deberían devolverte la cantidad de dinero cancelada en un intervalo calculado de tres meses.