Al realizar un contrato de alquiler es importante suscribir un acuerdo entre las partes involucradas para dar por terminado el procedimiento. En este documento deben quedar claros los términos para el cumplimiento de las obligaciones pendientes al acabar el contrato o se dan por terminadas las mismas.
Existen dos clases principales de acuerdos de terminación: el acuerdo de terminación con liquidación y el acuerdo de terminación con retención de la fianza. ¿De qué se tratan?
Acuerdo de terminación por medio de liquidación
Este representa el final definitivo a la relación entre el inquilino y el propietario y estipula la entrega de las llaves, cierra las puertas a futuros reclamos de cualesquiera de las partes, ofrece un amparo legal ante futuros conflictos y tiene vigencia a partir del momento en que las dos partes lo hayan firmado.
Acuerdo de terminación con retención de la fianza
Con este acuerdo se da cierre a determinadas obligaciones, pero no a todas. Esto puede ocurrir porque no ha habido un acuerdo entre las dos partes o porque no se han podido cuantificar aún las obligaciones de las partes. Este acuerdo regula las obligaciones del inquilino y del propietario hasta que se firme el acuerdo de liquidación.
¿Cuáles son los efectos de estos acuerdos?
En el acuerdo se determina el momento en el que el propietario recupera el inmueble y cuándo cesan las obligaciones del inquilino, desde el momento de la firma ya no existe la obligación de pagar la renta.
Recoge en detalle cuál es el estado del inmueble al momento de la culminación del contrato y cuáles son las obligaciones pendientes de cumplimiento por parte del propietario y del arrendatario, como recibos pendientes, pago de suministros, pago de indemnizaciones, etc.
Determina el derecho del arrendador a retener total o parcialmente la fianza, evitando reclamos del arrendatario o, en caso de que corresponda, establece los mecanismos de devolución de la misma.